El presidente de la Diputación Provincial, Benjamín Prieto, ha aprovechado la anunciada visita del ministro de Fomento, hoy a Cuenca, para denunciar “el sectarismo” de José Blanco al que al poco tiempo de su toma de posesión, el pasado mes de julio, le pidió una reunión, sin que hasta la fecha haya tenido respuesta. Prieto se ha preguntado “a qué gasolinera tengo que acudir, como presidente de la Diputación, para obtener una audiencia con él, o a qué gasolinera ha ido Juan Ávila para conseguirla en tan poco tiempo”.
El presidente de la Diputación ha recordado que quería reunirse con el ministro para trasladarle, entre otras cuestiones, su preocupación por el futuro del tren convencional, toda vez que en diciembre caduca su declaración de interés social. En este punto Benjamín Prieto ha recordado que a lo largo de toda su trayectoria política, la defensa del tren convencional ha sido constante, convencido de que el tren es necesario y es, además, una gran oportunidad para la provincia que no podemos dejar escapar. En este sentido ha señalado que, aunque los tiempos no están para inversiones, su intención es seguir trabajando, junto con la sociedad civil aglutinada en las distintas plataformas y los municipios afectados por el trazado del tren, para que, en su momento, el proyecto de modernización de la línea esté sobre la mesa.
El presidente de la Diputación Provincial ha explicado también que hace unos días tuvo la oportunidad de hacer todo el recorrido del tren a lo largo de la provincia de Cuenca, desde Utiel a Tarancón, en un viaje en el que pudo conocer los trabajos de mantenimiento y mejora que ya se han acometido en la línea y lo que quedan por hacer. En este viaje, Prieto pudo hacerse “una idea bastante exacta de las necesidades” y también de las oportunidades que abre una línea bien gestionada abre para negocios sostenibles como el turismo rural, la instalación de microempresas y la creación de pequeños polígonos logísticos. En este punto, Prieto ha recordado que esta vía de ferrocarril es la línea más recta entre dos de los grandes polos de crecimiento de España: Madrid y Valencia, y sólo por este detalle, ya merece la pena considerarla como un proyecto de futuro.