El Grupo Popular ha denunciado hoy que el alcalde Juan Ávila ocultó intencionadamente una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que eximía de pagar el impuesto de instalaciones, construcciones y obras (ICIO) a la UTE constructora del nuevo hospital. La razón de esta ocultación, es que el efecto de la sentencia hubiera variado sustancialmente las cuentas del consistorio, ya que el Ayuntamiento en lugar de arrojar el superávit de 349.973,67 euros que vendió Ávila, habría presentado un déficit de 1.882.318, 43 en 2013.
El PP afirma que Ávila conocía la sentencia desde marzo de 2014, que fue silenciada por los socialistas en la comisión de 24 de abril en la que se dio cuenta de la liquidación de 2013. En ese momento, los concejales del PP ya advirtieron que existía esa sentencia, y que debería tenerse en cuenta a la hora de realizar las cuentas, a lo que el responsable de hacienda, Enrique Hernández Valero indicó que ésta no era firme, cuando en realidad sí lo era.
Los populares creen que Ávila ocultó esta sentencia, que le obligaba a devolver 800.000 euros que ya había ingresado la empresa y a eliminar del apartado de ingresos en la cuenta de 2014 más de 2.200.000 euros. El portavoz Pedro J. García Hidalgo ha dicho que el alcalde “no quería aparecer como titular de uno de los pocos ayuntamientos de España que, tras recibir más de 40 millones del gobierno de España por el plan de pago a proveedores, arrojaba déficit”.
La jugada de Ávila es, según el PP, seguir escondiendo este hecho, pues a pesar de que no tendrá más remedio que reconocer esta sentencia en la liquidación de 2014, ésta no se aprobará, seguramente, antes de las próximas elecciones, con lo que el alcalde “volverá a engañar” a los conquenses. Además, en los presupuestos de 2015, que aún no se han aprobado, deberá consignarse la devolución de los 800.000 que la empresa ya abonó indebidamente.
Sobre este asunto, el PP presentó una alegación a la cuenta general el pasado 12 de diciembre pidiendo que se incluyera este dato en la liquidación, pues supone el 5% de la recaudación neta del ejercicio, y si se hubiese tenido en cuenta, lo habría alterado considerablemente. Queda demostrado que “el superávit que vendió Ávila era absolutamente falso y que ocultó deliberadamente la sentencia que modificaba sus cuentas pasando de superávit a déficit”, dice Hidalgo.