El PP denuncia que la paralización del cribado de cáncer de colon está teniendo un impacto negativo muy importante sobre la salud pública de Cuenca

La Comisión de Sanidad del Partido Popular de Cuenca ha denunciado hoy que la paralización del cribado de cáncer de colon está teniendo un impacto negativo muy importante sobre la salud pública de la provincia de Cuenca.
 
A pesar de la denuncia de los populares conquense, el gerente del Área Integrada de Cuenca, Pérez Sola, ha mantenido la ralentización del programa de cribado de cáncer de colon impidiendo el diagnostico y tratamiento precoz de esta enfermedad en la población. Según han denunciado desde el PP, este  programa fue prácticamente suspendido por el actual gerente en octubre del año pasado  por el único motivo de haber sido implantado por el gobierno de la presidenta Cospedal.

La Comisión de Sanidad popular ha recordado que el programa de cribado de cáncer de colon fue desarrollado y puesto en marcha  por el Gobierno  del Partido Popular en abril de 2015. Se trata de un programa universalmente aceptado que permitía el diagnostico y resección en el mismo momento de unas tres lesiones precancerosas al día. De esta afirmación pueden dar testimonio en Cuenca gran número de pacientes que se han beneficiado del mismo.

Desde el PP han evidenciado como “hechos como este demuestran que los responsables socialistas son incapaces de afrontar los retos de la sanidad pública en Cuenca”, al igual que está sucediendo en Castilla-La Mancha con  la pésima gestión de la epidemia de legionela de Manzanares con más de 250 casos, “y que si está siendo superada es gracias a la labor de los profesionales sanitarios, a pesar del oscurantismo e incompetencia de los políticos socialistas”.

Para concluir, la Comisión de Sanidad ha denunciado también el incumplimiento sistemático de las promesas sanitarias preelectorales por parte de García-Page: “Nada a se sabe de la prometida guardia de neumología para el Código ICTUS ni de la de psiquiatría, como tampoco se ha puesto en marcha la guardia localizada de cirugía vascular y de nefrología, y en el olvido ha quedado el prometido incremento de personal de enfermería, lo que hace temer un caos sanitario con la implantación de la jornada de 35 horas”.