A los problemas democráticos que diagnosticaba la pasada semana al portavoz socialista en la oposición, Joaquín González Mena, tengo que añadirle alguna otra carencia con la que nos ha deleitado en un artículo que, curiosamente, no me dirige a mí, el autor del anterior y al que se supone que contesta, sino que arremete directamente contra el presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, contra el que tiene una fijación absolutamente enfermiza, aunque, también me atrevería a informar, que entre los sentimientos que desarrolla ante Benjamín Prieto se encuentra el de la envidia, y no precisamente sana.
Quisiera aclarar a Mena, en primer lugar, que en el Partido Popular tenemos autonomía y contamos con la valiosa participación de quienes tengan algo que aportar en el mismo. Si en su partido, el socialista, eso que enarbolaban de la igualdad y democracia interna les ha salido rana, es su problema, pero no lo intenten proyectar en otras formaciones políticas que nos caracterizamos por esa participación y riqueza en el debate. Una actitud, la de hablar y debatir, de la que también carece usted, excepto para escucharse a sí mismo. Esa oposición de la que también hace gala que practica en la Diputación se la voy a definir, si me permite, en pocas palabras: ataques rastreros y sin sentido. Aportaciones constructivas: cero. Propuestas: cero. Interés por la provincia: cero. Obsesiones del no por el no: todas.
Vamos a los ejemplos fácilmente entendibles. Hace unos meses planteaba la necesidad del cambio de ubicación de la Planta de Transferencia de Residuos situada cerca de Las Pernalosas. Se aprobaba por unanimidad iniciar las actuaciones que permitan ese cambio y entre esas primeras cuestiones se encuentra, como bien sabe, que la Junta de Comunidades mueva ficha, es decir, que ofrezca posibles alternativas en la ubicación, ya que es la responsable de Medio Ambiente en esta región. Sí, la misma responsabilidad, por cierto, que ejerce en declarar ZEPAS donde no las hay y que son puestas en tela de juicio por los tribunales. Continúo, cuando ha descubierto que la Junta de Comunidades es una parte importante para lograr la solución a este problema su actitud ha cambiado. Ya no alude a ella ni le pide responsabilidades. Pliega velas y otra vez a servir al jefe Page. Y para ganar puntos le dedica un artículo a Benjamín Prieto y parece que como diputado de Personal le parezco poco… vamos a añadirle a su currículum otro ingrediente, el de la soberbia.
Y seguimos con sus atributos, ahora el de la incoherencia ¿Qué tiene en contra de las que denomina despectivamente ‘¿piedras ilustres?’ ¿Le va a dedicar otra de las que se cree usted ocurrentes frases a su Jefe Page ahora que ha anunciado un Plan de Cultura? ¿O le va a pedir al Gobierno Regional que no invierta en Cuenca? Claro, que ya llevamos más de un año y medio con esta tónica…
Una de las ‘coletillas’ de Mena, pleno tras pleno, es que las inversiones de esta Diputación no son democráticas. Ya volvemos otra vez al surrealista concepto de la democracia, a utilizarla cuando le viene bien ¿En su Ayuntamiento, el de Arcas, las inversiones que aprueba son democráticas? En la Diputación no nos dedicamos a echar a los ciudadanos que vienen a los Plenos. Usted, sin embargo, sí lo hizo con el público asistente al suyo, entre los que yo me encontraba.
Voy a aclararle otra cuestión al portavoz socialista, esta de orden público, dada la falta de conocimiento que demuestra en ciertas cuestiones. Cuando hay convocada una concentración, por mínima y poca respuesta que tenga, las fuerzas de seguridad cuentan con un protocolo de actuación. Use su talante democrático y aplique sus mismas preguntas, por ejemplo, a su Jefe Page y el despliegue de seguridad que montó a las puertas de las Cortes la semana pasada contra los agricultores. ¡Ellos sí que no accedieron al edificio ni siquiera pudieron acercarse a sus inmediaciones!
En fin, señor Mena, tenga la humildad, como ‘humilde portavoz’ que se autodenomina, a contestarme a mí en futuras ocasiones y no dar rienda suelta a sus fijaciones. También absténgase de molestar a otros compañeros diputados con mensajes de teléfono cargados de falsos victimismos y reiterando, de nuevo, todo lo que luego hace público en notas de prensa y en los Plenos. Ahórrese y ahórrenos tiempo.
Y, por último, aclararle que aquí ningún diputado escuda a nadie. Cada uno de nosotros tenemos el criterio y personalidad suficiente para contestarle a cualquier cuestión que creamos abusiva y fuera de las reglas del respeto democrático, donde usted parece nadar como pez en el agua.