Hace cuatro años, el municipio de Villarejo de Fuentes, según recuerda su actual alcalde, Juan Carlos Romero, tenía tres oficinas bancarias. Este servicio ha ido disminuyendo hasta quedarse, en la actualidad, con una sola ya que, a principios de verano, una de las dos que quedaban cerraba sin explicaciones y sin previo aviso. El primer edil de esta localidad lleva varias semanas intentando que se revierta esta situación, que ha provocado “malestar e indignación entre los vecinos ya que no se nos ha dado ninguna explicación ni razón de por qué nos hemos quedado sin este banco”.
Juan Carlos Romero hace hincapié en que la lucha contra la despoblación en pueblos como el suyo, Villarejo de Fuentes, comienza con no restringir servicios a quienes viven en él ya que, si se les sigue haciendo la vida más difícil, “la gente seguirá marchándose de los pueblos y yéndose a vivir donde puedan tener bancos, médicos, autobuses e infraestructuras en buenas condiciones”, argumentaba.
“Hay que tener en cuenta que la población en nuestra provincia, y sobre todo la que vive en los pueblos, son mayores y mucho de ellos ya no conducen. No es lógico que para utilizar los servicios de un banco tengan que ir a Montalbo”, manifestaba, en alusión al cartel que hay colgado en la oficina y que también señala que el cierre es temporal, a pesar de llevar ya tres meses sin actividad. “Tampoco están familiarizados con el uso de la banca electrónica, aunque esta es otra de las deficiencias en los pueblos de nuestra provincia, la escasa cobertura de internet”.
Para Romero, que nuestros pueblos dispongan de los servicios básicos para los vecinos no puede depender única y exclusivamente de criterios económicos o de rentabilidad de los mismos, “entiendo que una empresa bancaria, de transporte público, de electricidad o de cualquier otro ámbito quiera rentabilizar su actividad empresarial, pero el servicio a los ciudadanos debe primar sobre todo esto, así que deben ser las instituciones las que intervengan y nos ayuden a los que vivimos en el mundo rural. Ya lo he repetido en otras ocasiones, combatir la despoblación se consigue con medidas prácticas y con inversiones, no con palabras en discursos”, concluía.