El portavoz del PP en la Diputación de Cuenca, Rogelio Pardo, ha anunciado hoy que el Grupo Popular llevará al presidente de la Institución Provincial, Juan Ávila, a los Tribunales por sectarismo al incumplir del artículo 104, punto 1, de la Ley de Bases de Régimen Local 7/1985, en el que asevera que el personal eventual será determinado por el pleno al comienzo del mandato, y que sólo podrá modificarse con motivo de la aprobación de los presupuestos anuales, fundamentándose la demanda judicial en la vulneración de derechos fundamentales.
Pardo, que ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa acompañado de los diputados provinciales del PP Carlos Algaba, Vicente García y Susana Beltrán, ha explicado que según la Ley de Bases de Régimen Local el recorte de personal eventual del Grupo Popular anunciado por el Equipo de Gobierno (que pase de tres trabajadores a uno) se debería llevar al pleno ordinario de presupuestos de la Diputación, que en este caso se celebraría en diciembre de 2010, y no en un pleno ordinario como pretende hacer el Equipo de Gobierno en el del mes de junio, que es cuando el PSOE quiere llevar a cabo la mayor tropelía de la historia de la Diputación, “convirtiéndose Ávila en el presidente más sectario y cruel de la democracia” por desmantelar a la oposición y enviar al paro a dos trabajadores, ya que nunca antes un presidente había recortado al personal de la oposición de esta forma.
Según Pardo, con estos recortes de personal eventual tan drásticos y sectarios lo único que quiere Ávila es aniquilar a la oposición, utilizando la Ley del Embudo: lo ancho para unos, los diputados provinciales del PSOE (seis liberaciones, coches oficiales y fondos de libre disposición del presidente para los pueblos de sus diputados) y lo estrecho para los demás, es decir para el Partido Popular, “aniquilando a la oposición”.
“Debe ser que el señor presidente de la Diputación cuando estudio derecho político debió pelarse la clase donde explicaban que el dialogo y el consenso constituían la mejor fórmula y la más democrática para gobernar. Pero por el contrario, a las clases que nunca debió faltar son las que imparte el presidente de Venezuela para aniquilar a la oposición: mientras Chávez allí clausura los medios de comunicación de la oposición, Ávila aquí cierra el despacho del Grupo Popular echando al personal eventual, entre ellos a dos trabajadores que se van a ver en la calle. Por ello, está claro que Ávila es un alumno aventajado del chavismo”, aseveraba Pardo.