El portavoz del Grupo Popular en la Diputación de Cuenca, Rogelio Pardo, ha acusado hoy a Juan Ávila de mantener una doble moral, una como concejal del Grupo Municipal Socialista en la oposición en el Ayuntamiento conquense y otra como presidente de la Institución Provincial.
Según ha explicado Pardo en rueda de prensa, Ávila está utilizando dos varas de medir, dos formas contrarias de hacer política, dos modos bien distintos de aplicar su sectarismo: “mientras en la Diputación Ávila y el PSOE piden la eliminación de una liberación del Grupo Popular (pasando de dos a una) y la reducción de dos trabajadores eventuales del despacho del PP (pasando de tres a uno) y absolutamente ninguna para el Equipo de Gobierno Socialista, que se mantiene con seis liberaciones, coches oficiales y fondos de libre disposición del presidente para los pueblos de sus diputados; Ávila y el PSOE en el Ayuntamiento de Cuenca solicitan que se eliminen tres dedicaciones exclusivas de los directores generales, tres liberaciones de los concejales de Grupo Popular y una del Grupo Socialista, es decir seis contra una” (entre otras).
Asimismo, el portavoz del Grupo Popular ha anunciado que en el próximo pleno ordinario de la Diputación de Cuenca el PP solicitará mediante moción la reprobación de Juan Ávila por su actitud sectaria, antidemocrática y contraria a derecho en su decisión unilateral de aniquilar a la oposición con los recortes anunciados, que tanto en la reducción de liberados como en el gasto con cargo a los presupuestos de la Diputación perjudica casi en su totalidad al Grupo Popular.
“Parece que lo más fácil para el señor Ávila es matar al mensajero, es decir, al Grupo Popular, por plantear medidas serias de austeridad y realizar una legítima labor de oposición, que parece que le incomoda mucho al PSOE, y en venganza desmontar la estructura del PP. Sus medidas de austeridad se han convertido en un “avilazo”, que consiste en utilizar la crisis, que recordemos que el principal culpable de ella es el señor Zapatero, para adoptar hacia la oposición un comportamiento autoritario y antidemocrático, mermando drásticamente los recursos humanos del Grupo Popular”, concluía Pardo.