En medio de la espantada de los ex ministros de Zapatero, del desasosiego de algunos diputados socialistas y del negro panorama dibujado por el comisario Almunia. Llega el PSOE conquense, aquí en Castilla-La Mancha y en Cuenca, y nos pide que no tengamos miedo a la reforma fiscal. Si no quieres arroz, toma dos tazas.
Si hay algo que caracteriza a la crisis española, es la retórica. Las frases lapidarias y contradictorias del Presidente y sus ministros se han convertido en un problema adicional, pues añaden más incertidumbre a la incertidumbre. De estar en la “champion li” de la economía mundial y ser la envidia de nuestros vecinos franceses e italianos, hemos pasado a no ver la luz al final de túnel y a rezar para que nuestros vecinos se recuperen y nos echen una mano.
Esta visión socialista, corta de miras e improvisada, ha sido magníficamente explicada por el diputado Sahuquillo. Para él solo hay dos modelos de gestión, recortar derechos de los trabajadores o asegurar la cobertura social. De lo que se trata es de hacer de España una economía productiva, próspera y competitiva.
Por lo que vamos sabiendo, la reforma consistirá en la mayor subida de impuestos de la democracia. Volverán a subir los que gravan el alcohol, el tabaco y las gasolinas. Subirá el IVA uno o dos puntos, lo que encarecerá las facturas de la electricidad, el gas, la telefonía y alimentos. Y se suprimirá la deducción de 400 euros del IRPF. El PSOE no llevó en su programa electoral esta subida de impuestos, que afectará a todas las familias y hará mas daño a las clases medias.
La subida fiscal planteada por el Gobierno no aborda las reformas y la modernización económica que necesitamos. Lejos de arreglar el déficit y el agujero en las cuentas públicas complicará más la salida de la crisis. Sin préstamos a las familias y con menos dinero en el bolsillo, el consumo continuará cayendo, los comercios no venden, la publicidad no llega a los periódicos y el Estado ingresará menos.
Cuando los españoles reclaman trabajo, el PSOE responde con más estatut y con una subida de impuestos. Y todo esto en puertas, de una crisis institucional que se avecina. En CLM, es hora de que Barreda y su gobierno asuman responsabilidades políticas por ese plus de crisis regional.
Miedo no, pánico sentimos los españoles en volver a ser los últimos de la clase. Y es que estos socialistas, de radicales, no dan una a derechas.