Había una vez, un gobierno socialista tan a la deriva que en sólo un año, el 2009, batió dos record mundiales: el de creación de parados y el de haber creado el mayor agujero en las arcas públicas, más de 100.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, más de 2.500 euros por españolito.
Para atajar semejante despropósito, en lugar de apretarse el cinturón y ser austero, se empeña en imitar a Grecia y sube los gastos en los presupuestos del 2010 un 19 por ciento y piensan que una parte, 5.000 millones, los paguen los ciudadanos subiéndoles los impuestos. Y ¿qué impuestos sube el señor Zapatero? El IVA. Pero… ¿No pagan el citado impuesto todos por igual con independencia de su renta, desde el más rico al más pobre? Da igual porque como llevamos las siglas de obrero los pobres entenderán que les corresponde ser un dos por ciento más pobres.
Filtrada primero semiclandestinamente a la sociedad y luego anunciada con claridad, ésta prácticamente al unísono se pregunta, pero ¿Cómo vamos a subir precisamente el IVA si principalmente la bajada en la recaudación del Estado obedece a un descenso en el consumo y subir el IVA precisamente lo que hace es castigar a los que decidan consumir? Por si tal aseveración fuese insuficiente, la OCDE también avisaba de los efectos negativos que tendría para nuestra economía, recomendando que se aplazara a cuando la economía se recuperara. Y el Gobierno del PSOE, desoyendo a casi todos y tan sólo con los apoyos nada gratuitos de PNV y CC, decide aprobarlos y aplicarlos a partir del próximo 1 de julio.
Al afectar también a todos los conquenses, a todos los ayuntamientos de la provincia y a la propia Diputación Provincial, que tendrá que pagar más por lo mismo, el Grupo Popular presenta un moción para que pueda ser debatida en el Pleno del pasado 14 de abril y solicitando que se inste al Gobierno de Zapatero que deje sin efecto la medida.
Llegado el pleno, el Equipo Socialista presidido por el señor Ávila decide que no se debata y que por tanto no se someta tampoco a votación. Con dicho comportamiento, además de demostrar que les preocupa muy poco lo que le preocupa a la sociedad, demuestran que les gusta poco argumentar y debatir, y certifican que son también corresponsables a nivel provincial con una subida de impuestos que va a perjudicar a los que menos tienen, a los desempleados, a los pensionistas, a los jóvenes, a los autónomos y pequeños empresarios que están luchando para que sus negocio no se cierre; y que esta nueva vuelta de tuerca los va a convertir en más vulnerables.
¿No sería más justo que el Gobierno aplicara tan sólo un dos por ciento de austeridad? ¿ Podemos creer en el Gobierno de Zapatero que negó la crisis y acuso de antiespañoles a quien empleaba tan maldita palabra porque había que llegar como fuera al día de las elecciones, y cuando al final reconoció lo que ya era más que evidente diga acto continuo que la estamos superando?
Y mientras el señor Ávila, comprometido con el talante a su modo, piensa que para tener tranquilidad parlamentaria lo mejor es tratar de silenciar a la oposición y no se atreve a mantener un debate ni a votar si está de acuerdo con la subida del IVA.
Así las cosas, emplearemos uno de los tres cartuchos que anualmente nos concede la Ley para forzar un pleno extraordinario en el que el señor Presidente Juan Ávila tendrá que escuchar, entre otras cosas, que la política fiscal sirve tanto para beneficiar como para castigar el consumo y al igual que las subvenciones a la compra de los coches han servido para que se compren más, la subidita del IVA va a servir para que los españoles tengamos que consumir menos, para que más empresas tengan que cerrar y para que el Estado recaude menos.
Si un comerciante concreto no vende porque mantiene altos sus precios ¿cómo va a vender más, bajando o subiéndolos? Si los españoles carecen de liquidez, de empleo y de expectativas y confianza para gastar o invertir ¿Quién puede convencerlos que subiéndoles los precios van a consumir al menos igual? Que nos ilustre el Sr. Ávila porque en el pleno no quiso hacerlo.
Rogelio Pardo Gabaldón.
Portavoz Grupo Popular Diputación de Cuenca