No, señor Sahuquillo, su pensamiento le delata.
Delata su actitud, su forma de proceder y su forma de hacer política. Pero afortunadamente no todos somos iguales, y por tanto ni pensamos ni actuamos como usted. Yo jamás pediría la crucifixión de nadie porque creo en el respeto a la vida, en el respeto a la persona y en la tolerancia. Yo no miento porque creo en la verdad por encima de todo. Y no, mi pretensión no es desprestigiarle porque yo me dedico a defender los intereses de los ciudadanos desde el rigor, el respeto, la seriedad y el debate político. No obstante, señor Sahuquillo, para desprestigiarse se vale usted sólo, y la crónica de estos días es el mejor ejemplo de ello.
Usted sólo se ha liado: primero no se entera en la comisión, luego miente, luego insulta; luego sigue mintiendo, a continuación insulta más para finalizar en el último espectáculo lamentable y ridículo, esto es, aportar un certificado de la iniciativa del Partido Popular que yo misma repartí a los medios de comunicación y que he reproducido en todas mis intervenciones públicas.
Qué manera de hacer el ridículo, señor Sahuquillo. Nadie ha cuestionado el contenido público de la iniciativa. Usted, sólo usted, cuestionó que yo a lo largo de mi intervención en el Congreso hubiera pedido la declaración de interés público de la línea de tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia, así como que hubiéramos solicitado su inclusión en el Plan Estratégico de Mercancías. Y lo que es más patético, pidió a los ciudadanos que vieran el video público del Congreso y el acta para demostrar sus declaraciones. Y claro, cuando los medios y los ciudadanos lo han visto han comprobado el certificado de su mentira. El video certifica su mentira.
Porque tal y como recoge literalmente la nota del Partido Popular del día 16 de diciembre (copia que tienen todos los medios que la recibieron): “durante su intervención en la Comisión de Fomento del Congreso Bonilla pide al gobierno de Zapatero que la línea de tren convencional sea declarada de interés público y que se incluya en el Plan Estratégico de Mercancías “. Está dicho y escrito.
De verdad, señor Sahuquillo, no haga más el ridículo, tranquilícese, trabaje más y con mayor rigor, y sobre todo defienda los intereses de los conquenses, que todavía está tan preocupado en desliar lo que ha liado, que no le he escuchado defender la importancia del tren convencional. No le he escuchado pedir perdón a sus votantes, a los medios de comunicación, a los pensionistas, a los funcionarios públicos, a los empresarios, a las familias, etc. A todos ha traicionado apoyando la congelación de las pensiones, la bajada de sueldos públicos, la subida de impuestos, etc.
Todavía no le he escuchado pedir perdón a todos los ciudadanos, honrados y honestos de Cuenca, votantes del PSOE, del PP, de IU o de cualquier otra formación política, que no se merecen que la mentira, el insulto y la traición sean una forma de hacer política, que es la suya.
Le podía servir de ejemplo un compañero suyo de partido, el señor Valiente, que hizo unas declaraciones sobre el tren, se equivocó y pidió disculpas. No pretendió responsabilizar de su acción a nadie, ni tan siquiera a sus rivales políticos. No todo cabe en política.
Señor Sahuquillo, de verdad, yo no voy a perder más tiempo en este sin sentido que usted ha generado sólo. Yo no voy a perder más tiempo porque mi único objetivo es seguir defendiendo con respeto, lealtad y responsabilidad a los ciudadanos que represento. No obstante y para finalizar, sí he de reiterar que usted no está a la altura de la grandeza de los ciudadanos de nuestra tierra.
María Jesús Bonilla, diputada del PP por la provincia de Cuenca.