Bien! El Sr. Alcalde ha salido de su madriguera y de su oscurantismo para airearse a la luz pública, pero no sin antes dejar de pasarse por su fábrica de mentiras. Fábrica que no genera puestos de trabajo pero sí mentiras por doquier. ¿Acaso no ve que eso no es políticamente correcto? ¿Tan falto está de verdades?
Si me conociera, que se lo vengo repitiendo una y otra vez siempre que tengo oportunidad, debería saber que mi lema es transparencia, veracidad y legalidad. A ver, dígame que es lo que no entiende de esas palabras, que yo se lo explico gustosamente.
No obstante, desde estas líneas quiero aclararle varios asuntos. El primero, sobre mis propuestas, las cuales quedaron perfectamente reflejadas en el programa electoral con el que me presenté en su día. Programa realizado y pensando en Cañada Juncosa, específico y contando con los ciudadanos que quisieron participar en un cuestionario que durante más de dos semanas estuvo a su disposición. Y sabe perfectamente que usted no puede decir lo mismo.
Sobre que “yo amedrento…”, es curiosa la distorsión que hace de la realidad. Cuando usted sabe perfectamente que un afiliado de su partido me amenazó de muerte y no contento con ello intentó chocar por dos veces su coche contra el mío: una vez echando marcha atrás y otra de frente. Lo sabe perfectamente, y usted ni siquiera tuvo la deferencia de una llamada de teléfono y ni siquiera unas letras de reproche ante los hechos. Y usted sabe perfectamente, que una afín a su círculo e ideas ha agredido física y brutalmente en el cuello a una simpatizante mía, temas que como es lógico están denunciados.
En relación al oscurantismo que practica, también sabe perfectamente que no me facilita la información que por Ley y derecho me corresponde como oposición. Es más, me lo niega, lo evita y se busca mil triquiñuelas para no hacerlo. Pero yo sé que tarde o temprano tendré esa información y podré ejercer mi labor de oposición. Ya sabe, Sr. Alcalde, una factura que pude ver una vez y resulta que era falsa y ponía en evidencia sus irregularidades. Por ello, yo me pregunto: ¿Qué será lo que hay para no dejarme ver la información que solicito?
Además, le recuerdo que las urnas dijeron el 22 de mayo que usted, con 135 votos, debía ser el Alcalde, presidir y gestionar el Ayuntamiento de Cañada Juncosa; y que yo, con 85 votos, desde la oposición debía controlar y fiscalizar lo que haga el Sr. Alcalde… Pues eso es lo que hago, pero déjeme hacer mi labor, no me ponga tantos impedimentos, que la Ley lo dice muy claro.
Aunque lo que yo creo que le pasa, Sr. Alcalde, es que se descolocó cuando pensó que si yo no era elegido Alcalde, dimitiría y me iría. Pero se equivocó, porque no entiende que yo admito perfecta y deportivamente el resultado de las urnas y ya le he reiterado en multitud de ocasiones que voy a ejercer mi función de oposición y quedan más de tres años.
Respecto a que sea o no de la localidad, creo que es mejor ni entrar a valorar, ¡Qué pobre argumento Sr. Alcalde! ¿Acaso me rechaza por ser andaluz? ¿Acaso me rechaza por ser cordobés?, ¿Acaso no entiende que la Ley me permita poder presentarme a unos comicios municipales? Cuando las fronteras caen, viene usted a querer hacer separaciones, exclusiones y levantar separatismos…
Y viendo que son muchos los asuntos pendientes, para terminar mi carta le reto a que debatamos usted y yo asuntos de nuestro pueblo Cañada Juncosa, en el salón del Ayuntamiento, en público, a la luz de todos quienes quieran asistir, con la presencia de dos profesionales de la información, es decir, dos periodistas, usted elige uno y yo otro. Con transparencia, buscando la verdad, sometiéndonos al juicio de los asistentes y del jurado supremo del pueblo. Con valentía, sin cobardías. Sólo con nuestras palabras, nuestros juicios, nuestros pensamientos. Y aquí veremos quien dice la verdad, quién miente. Sí, Sr. Alcalde, un debate que nos someterá al sagrado examen del pueblo, sin triquiñuelas, sin dobleces, sin máscaras. Espero su contestación.
Carlos Montiel, portavoz del Grupo Popular en Cañada Juncosa.