Desde el cambio el pasado año en la secretaría del Ayuntamiento de Minglanilla es público que hemos pasado de tener un Ferrari a un 600. La oposición y la inmensa mayoría del vecindario lo sabe y, por supuesto, los empleados municipales que tienen que sufrir una desesperante lentitud a la hora de realizar los trámites, falta de diligencia en el cumplimiento de sus deberes o el continuo desorden de ciertos expedientes.
Después de promesas diarias de celeridad, todas ellas incumplidas, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Minglanilla, que debe velar porque los plazos se cumplan y el personal realice su trabajo, comenzó a enviar requerimientos escritos a esta funcionaria para que cumpliera con las obligaciones de su puesto de trabajo. Una de las circunstancias que nos hizo perder la confianza fue conocer que algunos de los vecinos que acudían al Ayuntamiento a tratar algún tema con la secretaria salieran de su despacho llorando por el trato recibido.
Alguien que ganaba al mes un sueldo superior a 3.000 euros más extras –el doble que el segundo sueldo más alto del Ayuntamiento-, quien disfrutaba además de una retribución en especie de una casa libre de gastos, debería al menos corresponder siendo diligente. Debería, por ejemplo, redactar todas ordenanzas –en ocasiones las ha tenido que redactar la alcaldesa porque de lo contrario no se hacían-, debería informar las licencias de obra en el plazo legal de 2 meses, debería haber preparado mucho antes la documentación de los presupuestos municipales, haber elaborado la contabilidad de 2011 que, a pesar de los requerimientos, está por hacer o remitir para su publicación lo acordado por el Pleno en las fechas precisas para no causar perjuicios económicos al Ayuntamiento.
Ante esta situación el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Minglanilla tiene dos opciones: una seguir haciendo las tareas de secretaría y otra requerir a la secretaria que cumpla con sus obligaciones.
Mientras tanto el grupo de la oposición puede optar por amparar esta forma de actuar de la secretaria o por ponerse al lado de su Ayuntamiento y de los vecinos que reclaman que los empleados municipales, incluida la secretaria, les traten correctamente y que los sueldos sean proporcionales a los ingresos de los minglanilleros, máxime en un contexto en que el Ayuntamiento ha tenido que prescindir de trabajadores debido a la merma de ingresos por la grave situación económica.
Quien cumple con su obligación de gestionar no acosa. Concentrar personal en los despachos para reducir gastos –como ocurre en otras dependencias y también en la de la secretaria- tampoco es acosar. Quien de ello nos acusa lo que hace es difamar mientras el Equipo de Gobierno sigue posicionándose del lado de los ciudadanos.
Los miembros de este Grupo Municipal no somos rencorosos. Estaríamos encantados de que la actitud de la secretaria del Ayuntamiento de Minglanilla cambiara y cumpliera con su trabajo. Lamentamos que este tipo de cuestiones hayan salido a la luz por puro interés de la oposición que está más preocupada por buscar el titular sensacionalista, aunque no se ajuste a la realidad, que por trabajar por el interés de su pueblo.
Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Minglanilla.