Tras celebrarse el XIV Congreso Provincial del PP Cuenca, y mostrar públicamente mi repulsa ante las actuaciones de la inmensa mayoría de los manifestantes que ahí se agolpaban, me propuse no echar más leña al fuego y dejar en el olvido lo allí acontecido.
Pero vistas las sorprendentes declaraciones de algunos sindicatos de educación, hace que me lleve las manos a la cabeza y me indigne de tal forma que tenga que escribir unas breves líneas.
Cuando terminó el Congreso, y tras quitarme las acreditaciones para no crispar más el ambiente, me dispuse a coger mi coche que estaba situado en el mismo lugar en el que estaban los manifestantes. Llegué, lo abrí y escuché entre otras perlas la palabra “fascista”. Acto seguido, e iluso de mi pensando que se podía entablar una conversación con esas “personas”, les pregunté que porqué me llamaba fascista, y la respuesta fue “por ser del PP”. Antes de que terminara de responderme ya se empezaron a acercar hacia mi manifestantes, si así desean llamarlos, increpándome, deseándome la muerte con palabras como “así te pongan una bomba como a Miguel Ángel Blanco”, u otras palabras a las que ya dejé de prestar atención por las barbaridades que decían, pero si llegué a escuchar “hijo de puta” y “me cago en tu puta madre ojalá y amanezcas muerto”.
Por suerte, tuve a un periodista que observó todo, hizo una foto y a parte de los presentes puede testificar que en ningún momento respondí de forma alguna a sus provocaciones, simplemente hice un gesto de desaprobación y me metí al vehículo. En ese momento tuve que salir escoltado y parando el tráfico por esos policías a los que los sindicatos afirman que sobraban, por el riesgo que corría mi coche y mi persona.
No fui el único. A algunos compañeros les arrojaron objetos, y no fue a más por la intervención de la policía. Pero es lógico que los sindicatos y algunos manifestantes consideraran excesiva la policía puesto que estaban muy protegidos detrás de pancartas insultando e increpando sabiendo que no corrían peligro, deseando que no estuviese la policía para “Dios sabe qué”, porque solamente teme a la policía el que tiene algo que ocultar.
Desgraciadamente, si solo fuese a los políticos a los que increparan, no estaba mal puesto que es a lo que nos arriesgamos, y aun siendo triste es permisible hasta cierto punto (desde luego no hasta este extremo). Lo que ocurrió, y ya son dos personas las que me lo han dicho y una de ellas ha dejado constancia en un comentario en un medio de comunicación lo ocurrido, que sin pertenecer a ningún partido bajaba de estudiar de la biblioteca, con los libros en mano, y cuando bajó comenzaron a insultarle de igual modo que lo hicieron conmigo, o a otra persona muy conocida por mí que salieron a su caza y gracias al cielo que estaba la policía.
Este es el resultado de crispar a la sociedad, y mientras haya personas de este tipo la policía será necesaria.
Concluyo destacando que más vale que los sindicatos de educación, si tanto velan por la igualdad, critiquen a esos profesores que estaban en la manifestación e insultaron a sus alumnos por ser del PP, antes que unirse a protestas cuyo resultado podía haber sido peor si no es por la presencia de la policía que tanto critican.
Daniel Pérez Osma
Vicesecretario de Organización del PP de Cuenca