Llevamos ya unos días recorriendo la provincia para explicar nuestras propuestas y ya podemos ir obteniendo algunas conclusiones muy interesantes sobre lo que estamos viviendo. No cabe duda de que siempre es enriquecedor el contacto directo con los ciudadanos, y los que somos alcaldes lo sabemos perfectamente. Con todo, sí que podemos decir que en esta campaña ese contacto está siendo fundamental porque, a pesar de lo que dicen las encuestas, el interés por lo que nos jugamos es evidente y los conquenses lo están percibiendo.
Así se explica que en lugar del barullo al que parece que quieren arrastrarnos otros, mezclando mensajes e intereses que ahora no están en liza, a nosotros los ciudadanos nos están preguntando por lo que queremos hacer en Europa y por lo que nos estamos jugando según lo que decidamos el próximo 25 de mayo.
Y la verdad es que nunca antes hemos tenido una respuesta más fácil: Zapatero nos dejó en la orilla de la Unión Europea, a punto de caer fuera. Sin relevancia ni peso para defender a nuestros agricultores, a nuestros ganaderos... Sin capacidad para lograr que aprobasen las partidas presupuestarias necesarias para hacer un gran plan de empleo juvenil y lo que es peor, sin interés en hacerlo porque nadie se fiaba de un país que había hecho de la ficción y la mentira su carta de presentación en los foros internacionales.
Frente a esta situación y con un trabajo serio, duro, muy duro, al que todos los españoles hemos contribuido con mucho esfuerzo, renuncias y sacrificios, hoy tenemos el respeto de nuestros socios que no sólo nos están ayudando sino que nos escuchan, aprueban nuestras propuestas y nos respaldan como mejor se puede hacer: aportando más fondos para luchar contra el paro, más fondos para nuestro campo, más fondos para nuestro desarrollo.
Conviene recordar que mientras Zapatero y los socialistas aceptaron dejarnos fuera de los fondos de transición, este Gobierno con Miguel Arias Cañete ha logrado que España siga siendo receptor neto de fondos estructurales y de cohesión por lo menos hasta el año 2020; y mientras que la PAC diseñada por el PSOE provocaba la pérdida de un 50 por ciento de la renta de nuestros agricultores, las negociaciones que ha liderado nuestro candidato van a permitir que el campo de Castilla-La Mancha reciba en este periodo más de 6.600 millones de euros y que nuestra región sea la segunda receptora de ayudas para el desarrollo rural.
Una evidencia que conocen muy bien los agricultores y ganaderos de la provincia y que, si me lo permiten, hace la elección mucho más fácil que en otras circunstancias.
Entiendo también el discurso ese famoso de la desafección, del castigo por lo mal que lo estamos pasando y por las medidas que se han tenido que adoptar ante una situación crítica y excepcional en el que –también hay que recordarlo- ningún dato económico era lo que nos habían dicho: ni deuda, ni déficit, ni facturas impagadas… cada nuevo dato que íbamos conociendo ya con las cuentas en la mano aumentaba la situación de ruina a grados insospechados.
Espero que el que tenga la tentación de recurrir al abstencionismo o incluso al voto de castigo, antes de hacerlo haga también el ejercicio de calcular lo que Cuenca se está jugando en este envite, ya no sólo porque no votar al PP es dejar el paso abierto a que el socialismo trate de hacer sus políticas, las de la ruina y el despilfarro, en Europa; sino porque de Europa, en estos momentos, estamos recibiendo programas claves para nuestro desarrollo como provincia. No olvidemos que de la fuerza que España tenga en la cámara europea puede depender que al CREA2 le siga un CREA3, que al Plamit le suceda un Plamit2 o que podamos aprovechar efectivamente los fondos de desarrollo rural destinados a crear riqueza y fijar población en nuestra provincia.
Esta es, en definitiva, la elección que tenemos por delante y lo que realmente nos jugamos el día 25.