Últimamente, de manera reincidente y continuada, a través de redes sociales y de algún medio de comunicación, un grupo integrado por unas pocas personas piden la celebración de un Congreso provincial en el PP de Cuenca antes de la fecha en la que debería tener lugar y sin seguir el orden marcado que lo sitúa tras el nacional y el regional.
Además cuestionan los resultados electorales obtenidos en pasado 20 de diciembre y se muestran muy críticos con la forma de gobernar debido, y cito literalmente, “a la incapacidad de hacer política y al incumplimiento de los Estatutos”.
La crítica siempre es sana, y es por ello por lo que no puedo realizar ningún tipo de reproche a esos afiliados cuya queja es legítima y para ellos veraz. Pero, desde luego, mi punto de vista es totalmente opuesto y, al igual que el mío, el de la inmensa mayoría de militantes de nuestro partido. La prueba está en que este sector solicitó la convocatoria de un Comité Ejecutivo extraordinario, para cuya celebración es necesario, tal y como marcan nuestros Estatutos, que sea solicitado por tres quintas partes de los miembros del mismo, y ellos no llegaron ni a una quinta parte de los apoyos.
No obstante, después de aquello, el presidente del Partido Popular decidió convocar el citado Comité, por lo que dudo que la palabra correcta sea falta de democracia, sino más bien estaríamos ante todo lo contrario. De igual modo que el pasado 28 de enero tuvimos una Junta Directiva Provincial en la que todos pudimos expresarnos y manifestar nuestras opiniones, en los órganos que corresponde.
Respecto a los candidatos de las pasadas Elecciones Generales, sería conveniente que no se ocultase la verdad. Es legítimo discrepar sobre si Rafael Catalá se debía de presentar o no, pero no podemos afirmar que existe falta de democracia e incumplimiento de los Estatutos cuando a nuestro número uno se le eligió en el Comité Electoral tal y como marcan nuestros Estatutos. Órgano donde se valoraron todos los nombres posibles y se decide cuáles eran los mejores para representarnos.
Y ahora viene la pregunta, ¿por qué disiento con sus opiniones? En primer lugar, por el argumento más obvio, “los resultados”. Haber conseguido la Diputación Provincial con una mayoría apabullante y única en toda la región no lo considero mal resultado. Haber sacado estas Generales 2-1 y el quinto mejor resultado de toda España no lo considero mal resultado.
¿Qué hemos perdido muchos votos? Sí. ¿Qué hay que hacer autocrítica? Por supuesto, es sana, pero analicemos estas elecciones en clave nacional y no queramos achacarle la derrota a alguien porque sí, y máxime cuando ese alguien, que es Benjamín, ha logrado, tal y como he dicho, uno de los mejores datos de toda España en las Elecciones Municipales, siendo una de las pocas Diputaciones que conservamos una holgada mayoría.
En segundo lugar, “la renovación”. Se han renovado un 80% las listas estas Elecciones Generales. El partido lo preside precisamente una persona que estrenó cargo hace tres años. Que se crió en Nuevas Generaciones, que estuvo pegando carteles con nosotros hasta hace dos años, que se ha recorrido la provincia mil y una veces y que conoce los problemas de todos y cada uno de los pueblos. No hay persona que no lo haya visto alguna vez en persona en toda Cuenca. Habrá a quien esto le guste más o le guste menos, pero es la pura realidad.
En tercer y último lugar, la “reflexión”. Claro que tenemos que reflexionar. Pero la ciudadanía quiere una reflexión seria producto de, precisamente, un análisis detallado y exhaustivo. No nos han castigado ni por la falta de reflexión a nivel provincial ni por la falta de democracia. Como he dicho, nos han castigado por lo que ha ocurrido a nivel nacional y el azote de la corrupción.
Por ello, concluyo afirmando que los ciudadanos nos castigan por nuestras actuaciones, nos castigan por estar liberados y no cumplir con nuestras obligaciones, nos castigan porque cuatro sinvergüenzas, que por suerte ya no están en el partido, son unos corruptos. Por todo ello, hay que trabajar y mostrar un mayor grado de empatía, hay que seguir luchando para erradicar la lacra de la corrupción, hay que seguir visitando pueblo a pueblo para escuchar sus propuestas y sus necesidades y, sobre todo, hay que dejarnos la piel día a día por todos los ciudadanos.
Y como última frase, un fragmento de un poema de Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” y Benjamín ya ha hecho muchos kilómetros de camino.