‘Esta casa es una ruina’. Así es como podríamos definir, en pocas palabras, la caótica gestión de los servicios sociales que está llevando a cabo el Gobierno de García-Page en Castilla-La Mancha. Unos servicios sociales que el PSOE defiende y enaltece con vehemencia cuando está en la oposición, pero que deja desatendidos y sin financiar una vez en el Gobierno.
Sin ir más lejos, el pasado 15 de mayo se celebraba el Día Internacional de la Familia, haciendo coincidir esta fecha con las Jornadas de Convivencia con las Asociaciones colaboradoras en el Programa de Acogimiento Familiar del Gobierno de Castilla-La Mancha. Un evento en el que a la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, se le olvidó recordar que todo el gasto, tanto del citado Programa de Acogimiento Familiar como el resto de Programas de Intervención con Familias, están corriendo a cargo de los ayuntamientos y entidades sociales, únicos que están manteniendo y sustentando un trabajo imprescindible para unos procesos tan sumamente delicados.
Se podrá decir, con total rotundidad, que el Gobierno de Page organiza las fiestas que otros ya la irán pagando, y eso que pasan más de dos meses de la comparecencia de la consejera en las Cortes, en la que anunciaba, ¡en el mes de marzo!, las líneas básicas a nivel presupuestario de su Consejería.
Estamos ante un ejemplo más de lo que, en menos de un año, se ha instalado como práctica habitual en una Consejería que está sufriendo el desmoronamiento más absoluto, enmascarado con una agresiva campaña de publicidad totalmente engañosa, con presentaciones vacías de contenido y con el único objetivo de ocultar su rotundo fracaso en la gestión.
En la oposición, Page acusaba al Gobierno del PP de ser absolutamente antisocial y de “no tener alma”. Quizás, la representación más evidente del “alma” del actual Gobierno PSOE-Podemos la encontramos en una consejera de Bienestar Social que ha logrado, en menos de un año, indignar a todos los colectivos por su descarado interés propagandístico y su escasa capacidad y, también la podamos encontrar, en todos los altos cargos, carguillos y carguetes nombrados por Page, que anteponen sus ambiciones políticas y partidistas, relegando las necesidades y propuestas reales de todos los castellanos manchegos a un espacio residual -aún siendo competencia única-.
Como responsable política que soy, tanto diputada regional como alcaldesa de mi pueblo, Villalpardo, me veo en la obligación de hacer un breve repaso del estado de los principales programas damnificados y las hazañas más destacables en las que la se ha visto envuelto el Gobierno de Page y su consejera Sánchez.
Desde finales del mes de abril y todo lo que llevamos del presente mayo, la consejera ha estado haciendo “bolos” por todas las capitales de provincia para presentar el inicio de los Convenios de Ayuda a Domicilio. Los confiados alcaldes firmaban un protocolo que determinaba que los convenios empezarían a tener validez cuando se hayan legalizado. Mientras tanto, como noticia más relevante, anuncian el pago por adelantado del 40% del convenio cuando, de forma efectiva, ya se ha superado ese mismo plazo, con los ayuntamientos como únicos que sostienen el servicio que da cobertura a la práctica totalidad de los municipios de la región. En conclusión, en un mismo acto y por el mismo precio, dos engaños a los máximos representantes públicos de sus vecinos. A día de hoy, se siguen celebrando actos en los que ya son los “segundos espadas” los que lo presentan, eso sí, con el fotógrafo siempre incluido para seguir presumiendo de lo que otros mantienen.
La Dependencia, “joya de la corona” para Page, ha dejado de “brillar” para el presidente, con 42.000 dependientes que están desatendidos en la región y con 4.000 expedientes que están sin valoración. Para la Consejería, las 2.437 prestaciones para cuidados en el entorno familiar que han desaparecido no suponen, de ningún modo, un inconveniente que reste brillo a todo el álbum de fotos que se fue enriqueciendo desde tiempo antes de que se entrara en el Gobierno.
Cómica resulta la “decidida apuesta” por la Red de Servicios Sociales Básicos por parte del dúo Page-Aurelia Sánchez, los conocidos como Servicios Sociales de Atención Primaria, un recurso más que es sostenido en exclusiva por los ayuntamientos, los únicos que creen en ellas y procuran el mantenimiento del primer nivel de atención del Sistema Público de Servicios Sociales y de los profesionales adscritos.
Las Viviendas de Mayores fueron loadas por el Gobierno de Page como un excelente recurso de alojamiento para personas mayores en el medio rural “por lo que tiene de parecido a los hogares habituales y donde se reproduce el modelo de vida familiar que todos conocemos”. Pues bien, las 1.489 plazas de las 141 Viviendas de Mayores se están sosteniendo, ¡oh sorpréndanse!, nuevamente por los ayuntamientos, y todavía a la espera de la aportación de la Junta, que ni está ni se le espera.
Siguiendo con los Mayores, siguen sin existir para la Consejería las Ayudas Económicas destinadas a personas mayores y discapacitadas, absolutamente necesarias para unas comunidades con un altísimo índice de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social, cubriendo lo que el Sescam no llega a cubrir pero que son básicas para la mejora de las condiciones básicas de vida. Sí que existe el Termalismo Social, anunciado con todo lujo de detalles como la recuperación de un recurso perdido, cuando realmente era un recurso que se había mantenido desde su creación siendo la principal novedad de la convocatoria 2016 la reducción de 8 a 5 días, que fue vendida por el portavoz de Gobierno, Nacho Hernando, como una “opción más cómoda y flexible”, en un auténtico ejercicio de malabarismo dialéctico.
Más brevemente podría destacaros las ayudas destinadas a familias con pobreza energética, un auténtico fracaso que obligó al Gobierno de Page a tener que ampliar los requisitos exigidos puesto que los datos facilitados no eran reales; la desaparición de las ‘Becas Mamá’, sentenciadas desde el mismo momento que fueron creadas en la legislatura anterior; el retraso en las tramitaciones de las Ayudas de Emergencia Social y del Ingreso Mínimo de Solidaridad, que significan el último recurso de unidades familiares en situación de auténtica crisis; y por último, la ya comúnmente conocida como “la menguante convocatoria PRIS” en la que, cada vez que era presentada por la consejera, se producía un drástico recorte, hasta su publicación hace unos días.
Cuando cada cierto tiempo Page anuncia, avanza, publica, presenta, etc. su famoso Plan de Rescate para Políticas de Emergencia Social en Castilla-La Mancha, muy probablemente su objetivo es certificar la ruina en la que está convirtiendo los Servicios Sociales de nuestra región, una casa que representa el grado de bienestar social que queremos disfrutar como sociedad.
Descuidad: las camisetas naranjas, en defensa de los Servicios Sociales, están a punto de sacarse del cajón.