Estos tres años que llevamos de legislatura del pacto de gobierno de perdedores entre IU y PSOE se pueden resumir en dos palabras: desgobierno y caos.
Estos conceptos tienen su reflejo más claro en el funcionamiento interno del Ayuntamiento de Motilla del Palancar. Ejemplo de ello es que desde que comenzó esta legislatura ha tenido hasta seis secretarios y en la actualidad el Consistorio motillano se encuentra a esperas de recibir ¡al séptimo!
Además, hemos tenido que ver como cinco funcionarios, grandes profesionales que llevaban prestando sus servicios en el Ayuntamiento durante muchos años (alguno de ellos más de 20) han decidido marcharse a trabajar a otro lugar porque la situación era insostenible ya que el actual equipo de desgobierno ha adoptado la descoordinación y el autoritarismo impulsivo como modelo para Motilla.
Pero nadie puede llamarse a engaño. El PSOE en su afán por apartar al PP del Gobierno municipal optó por un pacto con IU que se limitaba a repartir áreas de poder y sueldos, pero, ¡ojo!, sin tener un programa común -las 100 medidas que dicen ellos firmaron son un brindis al sol porque nadie conoce ni nadie ha visto ni una-. Y estas prisas por apartar al Partido Popular finalmente se ha traducido en desgobierno, ineficacia y desorden en la gestión municipal, sin más proyecto ni hoja de ruta que el mantenimiento en el poder, donde la improvisación está a la orden del día.
Tenemos un alcalde sin liderazgo, ni en el Ayuntamiento, ni en su partido, ni en ninguna parte. Y un equipo de desgobierno que parece que está en funciones, puesto que no salen del día a día y de hacer pocas cosas, no tienen un proyecto de futuro para nuestro pueblo y lo poco que han hecho es porque han seguido con el modelo que dejamos el Partido Popular. Porque mucha obsesión hacia nosotros, pero han copiado más del 90% de nuestro programa, eso sí, bajando la calidad en todo y aumentando el gasto.
Y esta es su verdadera hoja de ruta: contentar a sus bases, sólo hay que mirar lo que pasa en las bolsas de empleo. Totalmente discriminatorias y sectarias. En unas se hacen contratos de 6 meses, en otras de 8 y en las de limpieza de edificios públicos se pueden hacer contratos de ¡hasta dos años! Aquí uno se pregunta ¿en base a qué criterios? Pues muy sencillo, a discreción del alcalde de turno. Están más preocupados de contentar a sus propias bases que del futuro de Motilla y de los Motillanos. Gobiernan para unos pocos en particular y no para todos en general.
Y ¿qué decir de los plenos? Últimamente vacíos de contenido ante la falta de expedientes para llevar a sesión plenaria, lo que provoca que tengan que suplir ese vacío modificando ordenanzas -aunque sólo sea para cambiar una coma o variar un tanto por ciento-, algunas de ellas llevándose a pleno hasta en ¡seis ocasiones en tres años! ¡Las cosas muy claras no las tienen!
También recurren para llenar ese vacío a las mociones. Da igual del tema que sea, si sirve para cubrir el expediente. Fíjense que hemos debatido mociones tan importantes para los motillanos como la que presentaron de “apoyo a las cuentas del Ayuntamiento de Madrid”. Y la vida de los motillanos nos cambió a partir de esa moción…
No hace falta tener mayores conocimientos económicos para intuir que la prosperidad de una sociedad, de un pueblo, exige instituciones sólidas que garanticen el respeto a los derechos de los ciudadanos. Es imprescindible ofrecer confianza, credibilidad, transparencia, verdad; además de una esencial seguridad jurídica para hacer posible que se produzcan inversiones, se desarrollen iniciativas, se creen empresas y se concreten y ejecuten proyectos. Pero, lamentablemente, esto hoy en Motilla, con este equipo de desgobierno, es completamente imposible porque todo lo mencionado en estas líneas es solo la punta del iceberg.
Pero la explicación a esta situación tan insostenible que percibimos los que estamos más cerca, que vemos los que trabajamos desde dentro y que la sufrimos más a menudo, la tiene quien dirige el Ayuntamiento: el alcalde que es una marioneta y el teniente Alcalde que es el que mueve los hilos de la marioneta y quien sigue mandando. Un matrimonio de perdedores, un matrimonio de conveniencia; que como hacen en ese tipo de uniones, cada uno va por su lado, y la mano izquierda rancia de uno, no sabe lo que hace la mano izquierda rencorosa y dictatorial del otro.
Y todo esto es lo que pasa en el Ayuntamiento de Motilla del Palancar: que desgobierna la izquierda perdedora, rencorosa y rancia de nuestro pueblo. Una izquierda sin ideas, sin proyectos y sin futuro, ni para ellos ni, lo que es más grave, para Motilla y los motillanos.