Es tiempo de crisis y, ya se sabe, “en tiempo de tribulaciones, ni pensar en las mudanzas”. A pesar de ello, y a pesar de que las perspectivas apuntan a que la demanda de productos agrarios seguirá siendo superior a la oferta, Barreda sigue empeñado en dar de lado a nuestra agricultura y mudarnos a otros sectores de la producción, creyendo que, en una región eminentemente agrícola, como es Castilla-La Mancha, puede considerar a los agricultores como un simple elemento decorativo del paisaje, del que se puede prescindir, cuando lo que nos hace falta es precisamente lo contrario, es decir, incrementar la producción agraria y potenciar la comercialización.
Pero, es evidente que a Barreda no le interesa nuestra agricultura. Si le interesase no aceptaría que se aplicase el Plan Especial del Alto Guadiana, ni permitiría que se perdiese nuestra primacía internacional como viticultores y se dedicaría atentamente a la comercialización de nuestros productos agrícolas.
Todos sabemos, y Barreda lo sabe también, que las cosas que está haciendo, y las que no está haciendo, con nuestra agricultura, no son del agrado de los agricultores, que están sufriendo en sus carnes las consecuencias de la inoportuna mudanza que pretende.
Para tapar la realidad se dedica a lanzar campañas publicitarias sectarias, preparadas con un rigor tan diligente como despreciable, que tratan de engañar a los ciudadanos inoculándoles una imagen idílica de nuestra región, sin darse cuenta de que nos hemos acostumbrado a ellas y las soportamos con la misma pasividad con la que aceptamos el paso de los días.
En vez de tanto autobombo y de tanta alharaca:
¿Por qué no les dice a los ciudadanos que es incapaz de arbitrar soluciones viables para resolver el problema del riego en el Alto Guadiana en donde, aplicando el PEAG, inexplicablemente, pretende que se deje de regar más de la mitad de la superficie que se viene regando y dejar en precario el riego que va a quedar? Todo se le va en intentar enfrentarnos con otras Comunidades, cuando la solución debe darla el Gobierno Central, controlado por los socialistas.
¿Por qué no les dice a los ciudadanos el gravísimo problema de la vitivinicultura?, que digo yo, que Castilla-La Mancha tendrá algo que ver en este asunto, en el que, el Gobierno de Barreda, ni a propio intento lo puede hacer peor. ¿Por qué no les dice a los ciudadanos que por su incuria e incapacidad la OCM de la vid y del vino tiene en vilo a viticultores, bodegueros y destiladores?
Si hablamos de comercialización pasa lo mismo, ¿por qué no les dice a los ciudadanos el estrepitoso fracaso de la Fundación Tierra de Viñedos que Barreda gestó para comercializar nuestro vino?, o, ¿por qué no les dice a los ciudadanos que es incapaz de tomar unas medidas que remedien la penosa situación en la que se encuentran los productores de melón de nuestra región que, dicho sea de paso, producen al año casi la mitad de los melones de toda España?.
No se lo dice porque tendría que reconocer, entre otras cosas, que el PEAG que pretende aplicar es un dislate, que ha fracasado en su negociación sobre la OCM del vino, que cultivar melones está siendo una ruina o que, en la comercialización del vino, ha conseguido que la Fundación Tierra de Viñedos, por los líos que ha montado, y por lo poco que ha logrado, constituya el paradigma de lo que no se debe hacer.
En una situación de fuerte crisis, como la que estamos padeciendo, más que a pensar en mudanzas, a lo que el Gobierno regional debería dedicarse es a potenciar lo que tiene, que es nuestra agricultura, y no a despilfarrar el dinero público haciendo campañas de propaganda que solo sirven para esconder tras ellas su poca idoneidad para el cargo.